La ciudad secreta

La ciudad secreta

Publicado por Ediciones áltera 2015

Érese una ciudad lejana, tan distante que no se apreciaba con la vista, ni se palpaba con los dedos, ni tan siquiera se alcanzaba adquiriendo un pasaje por muchas monedas de oro depositadas por el más afamado gobernador. Tan sólo con la fe, eran bienvenidos algunos privilegiados. La ciudad secreta no tenía palacios enormes, ni guerreros, ni fábricas, ni mercaderes afanosos, era diferente, cada privilegiado la construía a su fantasía colocando cada pieza según un propósito. No había normas, era un juego de adiestramiento, pero si algún fragmento era erróneo, dejabas de ser privilegiado.

Azriel fue testigo de la muerte de su padre, un ilustre escriba hebreo apocado a los designios del Gobernador romano, como otros cientos que yacían esparcidos por las calles de Masada y gran parte de Judea a manos de los sirios, tropas auxiliares del General romano. Sedientos de conquistas espirituales y con el pretexto del impago de impuestos especiales sobre los judíos, asolaron, mataron y quemaron sus aldeas sin piedad. Antes de quedar exánime a su lado, su Padre le encomendó un último mensaje “reconstruye la dignidad de tu ciudad secreta”.

Así comienza la historia de un niño elegido por Dios; al que le fue confiado un ángel. Según su palabra, necesitaría infundir la fe a tres privilegiados para crear y regir su ciudad secreta. Ésta sería el símbolo intangible para en un futuro, “gobernarla”. Sin embargo, la simbología de la ciudad secreta, se vio amenazada. El destino truncó la fe de uno de los privilegiados, peligrando su prosperidad y el resurgimiento de la “ciudad”.